Lamentablemente tenemos que informar que el señor Rigoberto Anastacio Nipacerbulto ha sido encontrado muerto en su domicilio. La escena encontrada es bastante cruda, ya que sus sesos fueron desparramados por toda la habitación, sus pulmones aún no han sido encontrados luego de siete horas de pesquisas y sus intestinos fueron entrelazados formando una muy bonita trenza roja.
Aparentemente, según leímos en los comentarios de la publicación anterior, había habido algún tipo de disputa sentimental con un marido que no había tomado a bien ciertos comentarios hechos por el occiso hacia su esposa y… ¿cómo? ¿nos ofrece cuánto por tapar todo? ¡Decí que sí, decí que sí! (Al parecer… alguien… vaya uno a saber quién… ¡No, yo no fui! Le ofreció al victimario por 50 centavos más agrandar el combo e incluir una “Mc desaparición rapidita del cadáver” pero no hubo éxito. ¡Te digo que no fui yo!).
Ehh… hubo un cambio de carátula y ahora sabemos que esto se trató de un evidente suicidio, al parecer la víctima se odiaba mucho a sí mismo para hacer semejante carnicería.
Se solicitó la ayuda del abuelo del muerto, un tal Pancracio del mismo apellido, para reconocer el cadáver, pero el viejo respondió algo así como un “do me gompan lash pedotash” mientras continuaba férreamente abrazado a su botella de Smirnoff con granadina.
Ahora se procederá a la identificación oficial de la víctima, para lo cual estamos esperando que encuentren aunque sea cinco dientes del difunto con lo cual comenzar a reconstruir su maxilar. Pero parece que no hay caso.
Es posible que estén involucrados dos patovicas gigantescos y sanguinarios, expertos en Kung-fu, Tae-kwon-do, ponerle la cola al burro y trepar el palo enjabonado, los cuales responden a los apodos “Facu” y “Eze”, pero todavía no corroboramos esa información.
Aparentemente, según leímos en los comentarios de la publicación anterior, había habido algún tipo de disputa sentimental con un marido que no había tomado a bien ciertos comentarios hechos por el occiso hacia su esposa y… ¿cómo? ¿nos ofrece cuánto por tapar todo? ¡Decí que sí, decí que sí! (Al parecer… alguien… vaya uno a saber quién… ¡No, yo no fui! Le ofreció al victimario por 50 centavos más agrandar el combo e incluir una “Mc desaparición rapidita del cadáver” pero no hubo éxito. ¡Te digo que no fui yo!).
Ehh… hubo un cambio de carátula y ahora sabemos que esto se trató de un evidente suicidio, al parecer la víctima se odiaba mucho a sí mismo para hacer semejante carnicería.
Se solicitó la ayuda del abuelo del muerto, un tal Pancracio del mismo apellido, para reconocer el cadáver, pero el viejo respondió algo así como un “do me gompan lash pedotash” mientras continuaba férreamente abrazado a su botella de Smirnoff con granadina.
Ahora se procederá a la identificación oficial de la víctima, para lo cual estamos esperando que encuentren aunque sea cinco dientes del difunto con lo cual comenzar a reconstruir su maxilar. Pero parece que no hay caso.
Es posible que estén involucrados dos patovicas gigantescos y sanguinarios, expertos en Kung-fu, Tae-kwon-do, ponerle la cola al burro y trepar el palo enjabonado, los cuales responden a los apodos “Facu” y “Eze”, pero todavía no corroboramos esa información.
AMPLIAREMOS.




















